Retos para una educación no reglada

En estos tiempos mucho se está hablando sobre “educación”, los atentados contra la educación pública desde los gobiernos neoliberales o social-liberales están abocando a nuestros estudiantes a ser meros operarios ejecutores de mandatos y procedimientos. Todo atisbo de creatividad es sistemáticamente coartado.

¿Qué podemos hacer desde la sociedad para revertir estas políticas?

Fundamentalmente dos cosas:

Primero: Luchar en la calle y mantener una constante tensión social para contener y revertir estos atentados contra la educación.

Segundo: Articular nuevos ambientes educativos nacidos desde y para la sociedad. Es decir, si no podemos revertir el daño de la educación “oficial”, vamos a convertir estos daños en irrelevantes.

Esta “autoeducación” social lleva muchos años desarrollándose en Latinoamérica, un lugar donde la sociedad fue consciente hace mucho tiempo que para dar una educación a sus hijos debían creársela ellos mismos ya que desde las administraciones públicas no podían esperar que ocurriera. Porque la educación reglada en aquellos lugares estaba destinada a las élites económicas y de ámbito urbano. De esa necesidad surgieron escuelas y universidades populares donde las clases desfavorecidas tenían acceso a una educación de calidad y para todos.

En Europa en general y en España en particular, estos procesos no han existido. La sociedad se ha adormecido en una constante y temeraria actitud de “minoría de edad voluntaria” hemos delegado la solución de nuestros problemas en las autoridades, haciendo una dejación del control social que todo gobierno necesita. Es más, lo que aquí se ha venido llamando “actividades extraescolares” solo se han visto, en el mejor de los casos, como gestión del tiempo libre, actividades de ocio, etc.

Por todo ello estas “otras educaciones” en España tienen un campo virgen de progresión, desarrollo e implantación si sabemos dar respuesta a las necesidades de la sociedad y para ello hay que dar solución a los siguientes retos:

  • De y para la participación. La participación favorece el pluralismo, hace que todas las opiniones sean dichas. Gracias a la participación se puede tener un conocimiento de la realidad, la participación hace que la educación social funcione y tengan éxitos sus proyectos. Todo proyecto ajeno a las inquietudes de su sociedad está condenado al fracaso. El educador ha de tutelar esta participación y guiarla sin que se note su presencia.
  • Transformadora: “La cólera del pueblo” solo la unión por parte de los ciudadanos, la unión por una mejor calidad de vida, una unión por una lucha es la que llevará a una transformación social real y duradera. En el contexto de nuestro país es complicado que una unión generalizada pueda ser factible, dado que el estado, como decíamos antes, trata a la ciudadanía como si fuera menor de edad. La sociedad se ha de dotar de los medios para hacer de este ciudadano/niño un miembro activo. Esta tarea es una labor de largo plazo y solo desde la educación se le puede concienciar de la importancia de hacerle partícipe y capaz de entender y razonar las circunstancias por la que la sociedad en la que vive está pasando. Para ello la educación, ha de jugar un gran papel en el fomento de la participación, la organización y el cambio.
  • Independiente: La educación no reglada, salvo ciertas actividades como las deportivas,  vive de y por las administraciones públicas que son en cierto modo responsables  de la pasividad social. Se ha de luchar por la independencia educativa, dentro de su dependencia, y es que ha de ser capaz de ofrecer objetivos distintos, tanto a la sociedad a la que se debe como a la administración de la que depende su financiación. Por esto es tan importante el generar espacios educativos fuera del ámbito académico actual.
  • Crítica: La educación ha de ser crítica con todo lo que sucede a su alrededor, pues ha de subsanar el desencanto instaurado en la sociedad actual. Ya que  es  más que un simple divertimento para la sociedad. Debe tener un compromiso social y una crítica hacia la colectividad. Debe haber trasfondo en el mensaje y no conformarse con entretenimiento.
  • Realista: La educación popular debe ser creativa e innovadora pero debe centrarse en objetivos reales para que estos puedan ser alcanzados. Lo fundamental es alejar la frustración; claro que se pueden tener objetivos a largo plazo, pero estos han de ser coherentes. “Se tiene que tener la vista larga y el paso corto”.
  • El uso o el mal uso del ocio: Uno de los orígenes de la educación popular y la educación social en nuestro país es lo que se conoció en su momento como “monitor de tiempo libre” y estas raíces  no pueden desligarse del ocio. El ocio es la madre de todos los vicios, pero bien encaminado es un tiempo muy valioso en el que educar de una manera no reglada en los valores de cooperación y sociabilidad que la educación reglada, por su encorsetamiento legal, no contempla.
  • Individualismo en un mundo conectado: La sociedad occidental la ha narcotizado el consumismo. Vivimos más conectados que nunca a la vez que somos más individualistas que nunca. El consumismo y el individualismo en el que estamos sumergidos es una manera de hacernos callar y/o hacernos centrar en otras cosas para que sigamos callados y sumisos. Una manera para que sigamos siendo “marionetas”. Nos invierten la escala de valores, hacen que demos más importancia a la superficie que al fondo, que no puede ser otro que la propia naturaleza social del ser humano. La educación ha de ser capaz de dar una alternativa a esta dinámica y hacer que las personas sean capaces de relacionarse y hacer cosas fuera del ciberespacio. Esto no implica que no se usen las nuevas tecnologías y las redes sociales, estas pueden y deben ser tenidas muy en cuenta en los proyectos de educación social, tampoco se trata de ir contra la naturaleza de los tiempos.
  • No es solo para jóvenes: La educación da a los jóvenes la posibilidad del empoderamiento y sentirse parte de la sociedad, algo que la legislación actual les niega en gran medida. No obstante, no hay que olvidarnos de la tercera edad, ya que la educación en este segmento de edad ha de ir más allá de la simple e imprescindible “rehabilitación”, iniciativas como la de los “Yayo Flautas” hace que las personas mayores se sientan parte activa de la sociedad en la que viven.
  • Objetivo común:   ”Somos el 99%” contra el 1% que es el que tiene el poder. ¿Cómo puede ser que siendo un 99% de población contra un 1% esta situación siga empeorando o en los mejores casos siga igual? esto sucede por la simple razón que el 1% está organizado, tiene una percepción y un objetivo en común. Sin embargo el 99% restante no tiene una percepción común, no la comparte o no se han desarrollado herramientas para poder compartir ideas, que cosas habría que mejorar y qué camino sería el adecuado para poder conseguir los objetivos comunes… Por lo tanto la responsabilidad está en cada uno de nosotros, no es suficiente con instaurarse en la queja, mirar hacia otro lado o conformarse con la situación que tenemos, si no que deberíamos construir lazos de comunicación y estructurar una organización adecuada para que esta situación pueda cambiar. El 99% sólo será consciente que comparte un objetivo común si desde niño se le educa a que no es un individuo atomizado sino una persona integrada en una sociedad.
  • Ciudadanía y sociedad:   Si hacemos caso a las definiciones tenemos que Ciudadanía es  el conjunto de personas consideradas como miembros activos de un Estado, titular de derechos políticos y sometido a sus leyes, Sociedad es un conjunto de personas, pueblos o naciones que conviven bajo normas comunes. Es decir, todo ciudadano pertenece a una sociedad, pero no todos los miembros de la sociedad se pueden considerar como “ciudadanos”, y es que aquí al tratar al ciudadano como “miembro activo” estamos dejando fuera a niños, migrantes, ancianos, etc. Aunque en la actualidad esta actividad ciudadana se circunscribe prácticamente a votar cada 4 años, aquello de “el poder reside en el pueblo, pero este no debe ejercerlo”. Si queremos convertir al conjunto de la sociedad en ciudadanos, la educación ha de ser una herramienta fundamental. A través de la educación se puede conseguir que el miembro de la sociedad se convierta en miembro de la ciudadanía. Y si las administraciones coartan esto en la educación reglada, como sociedad debemos articular otras opciones educativas que suplan las carencias legales y normativas de la educación oficial.

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